Punto de inflexión
En los primeros momentos del matrimonio, idealizados a nuestra pareja. Todas las cualidades de esa persona son perfectas. Pero cuando se asienta la relación y termina la novedad, las virtudes que veíamos se disipan. Todo comienza a venirse abajo. Ahí llega el punto de inflexión.
El punto de inflexión es cuando las cosas cambian tan profundamente, que nada vuelve a ser lo mismo.
A todas las parejas en algún momento de su vida, les llega ese momentos de inflexión, entre lo que fue y lo que quieren que sea. Se trata de ese instante en que se dan cuenta que las cosas tienen que cambiar. Un momento en el que deben dar un giro a la relación de pareja.
Estos puntos de inflexión deben ser considerados como un aprendizaje, como oportunidades para hacer una unión más fuerte y más satisfactoria.
Estos puntos de inflexión se vuelven muy claro en la mitad de la vida, donde las parejas han desarrollado un sentido más agudo de las limitaciones de tiempo y una urgencia en su deseo de sacar el máximo provecho de su matrimonio y su vida.
Los años de la mediana edad son un tiempo natural para reflexiones: las parejas tienen ahora la ventaja de ser capaz de ver dónde han estado, dónde están y dónde quieren ir.
La base para mejorar una relación sentimental, se centra en las energías y los pensamientos positivos de ambos miembros. Hay que continuar valorándose como pareja y entender que merece la pena apostar por ella.
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