Y terminaron felices.
Todos los cuentos infantiles
que nos leían cuando éramos pequeños, terminaban cuando las parejas eran
felices. Pero la realidad es otra. Las historias de amor, también se acaban. Y
a veces no estamos preparado para eso.
Cuando nos enamoramos,
entramos en un estado alterado de la conciencia. Por eso no debemos tomar decisiones
trascendentales para nuestra vida, como es el matrimonio. Estamos poseídos por
una fuerza que se apodera de nosotros. Cuando pasa la luna de miel, esa burbuja
se revienta, ya que se basa la felicidad, en ilusiones, sueños y deseos
pasajeros.
Pero la realidad del
matrimonio es otra. Debemos madurar y aceptar a la persona escogida y hacer que
funcione esa institución que hemos construidos. Y es que el secreto es simple.
Lo que hace que funcione un matrimonio es sorprendentemente sencillo. Las
parejas felizmente casadas, no son mas inteligentes, mas ricas, ni mas
equilibradas emocionalmente hablando. Sino lo mas importante es; que construyen
una vida juntos, donde dejan a un lado las emociones y pensamientos negativos.
Se aferran a las cosas positivas. Se basan en la amistad profunda, respeto
mutuo y disfrutan de la compañía del uno con el otro.
Y es que la sociedad ha
cambiado. Ya no nos casamos, hasta que la muerte nos separe. A la primera que
nos hacen, ya contemplamos el divorcio como opción. En vez de buscar las causas
que lo provocaron, para evitar llegar a ese punto.
Factores que llevan a que se acabe el amor:
- · Discusiones que comienzan en sarcasmos. Todas las parejas discuten. No es el hecho, de si se discute o no. Es la forma en que se hace.
- · Criticas personales. Nos defendemos, criticando donde mas duele a la persona que amamos.
- · Desprecios o burlas. Sacamos los defectos de la otra persona y nos burlamos de eso.
- · Estar siempre a la defensiva. A la mínima saltamos.
- · Desgastes en las discusiones. Seguimos discutiendo lo mismo una y otra vez.
- · Perdida del sentido del perdón. Nos olvidamos de pedir perdón, si lo hemos hecho mal. Aun reconociéndolo.
- · Nos olvidarnos de las cosas negativas. Estamos todo el tiempo, recordando las malas acciones.
Y es que el divorcio no es la
solución de los problemas de las parejas. Debe ser contemplado como la ultima
opción.
Comentarios
Publicar un comentario