No queremos ser superiores, solamente iguales.
Comienza el siglo XXI y aun las mujeres seguimos hablando de la discriminación. ¿Hasta cuando? No queremos ser superiores, solamente iguales.
No hay nada mas placentero que recorrer lentamente las calles de una ciudad al amanecer, cuando ésta aún se despereza de su sueño de siglos y de historia. Y luego con los pies cansados tras el paseo, tomarse un café en algún sitio. Pero al entrar sientes la extraña mirada de los hombres, que no se adaptan a que una mujer entre en estos sitios. ¿Por que no podemos hacerles compañía con nuestro rostro dulce, nuestra cara inteligente y la mirada picara, como la que busca abrirse paso en una sociedad?. No os sigáis mirando el cuerpo como único motivo de aceptación a vuestro lado.
Aparentemente se les puede escuchar: “la cosa ha cambiado mucho”. Pero es eso, mera apariencia, artificio y nada mas. Todavía hoy como entonces, hay intentos continuos por envolver a la mujer en un papel de regalos y construir para ella una jaula dorada. Como un pájaro de plumaje encendido que canta y entretiene la vista, pero solo en los momentos de relajación y descanso del guerrero urbano que es el hombre. Todavía hoy lo mismo que ayer, cuando una mujer muestra su inteligencia, el varón se remueve inquieto en la silla de la prepotencia y poder absoluto sobre la que se sienta, trata de minimizar lo dicho y se inventa eso de “cosas de mujeres” que ya no los convence, ni a ellos mismos.
Sobra decir que no todos los hombres actúan de esta forma. Pero si es cierto, que muchos se esconden en determinados cánones para seguir segundando a la mujer, como un ser sin identidad propia. El camino recorrido por la mujer en esta batalla, ha sido largo y difícil. Estamos en plena era del Internet, de la globalización y aún seguimos luchando por nuestra libertad sexual, económica y moral. Está lejos de ser cierto el día en que una ministra, una empresaria o una ama de casa, no tengan que justificar su éxito, mostrando que además de todo, son buenas madres y mejores esposas. Cuando esto lo logremos todas las mujeres podremos descansar tranquilas.
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