Reconocer las diferencias de género



Hombres y mujeres perciben las emociones, la comunicación, el sexo, la fidelidad, el trabajo y el dinero, según la forma en que fueron socializados, porque han sido formados según la percepción de sus propios padres. O sea, lo que les han inculcado desde pequeños.

Ellos traen estas ideas del matrimonio, de lo que han vivido. Por lo tanto tienen su propio bagaje de creencias, respecto a lo que es tolerable e intolerable en un matrimonio, lo que tienen que dar a su cónyuge y lo que pueden esperar a cambio.

Las mujeres aman el amor, pero tienen un  espíritu práctico, el suficiente como para no ignorar los defectos potenciales de su pareja. Buscan pretendientes con buena apariencia y que sea un amor romántico, pero al considerar los posibles pretendientes, una mujer también busca lo práctico, tales como las perspectivas que tiene su pretendiente económicamente, la estabilidad emocional, la honradez, y qué clase de padre será. Al contrario, a pesar de la reputación que tienen los hombres de prácticos, a la hora de la verdad, son más románticos. Ellos son mucho más propensos a caer de  cabeza en las redes del amor y también más propensos a idealizar el objeto de su afecto. Si la mujer que conoce, tiene belleza externa, va a querer una relación con ella, sin hacer preguntas.

Se necesita práctica para aprender, que las diferencias de género, no constituyen amenazas a un matrimonio, sino un motivo de celebración y una oportunidad de ampliar la experiencia de el individuo, como persona.

Trate de recordar que su pareja, no es su imagen en el espejo. En una relación amorosa buena, la individualidad es un concepto sano, que cada cónyuge debe trabajar.

Una verdadera comprensión de estas diferencias de género, por tanto, nos debe llevar a la noción correcta de un matrimonio. Mientras que muchas personas ven el matrimonio como una fusión, hay que tener en cuenta que los dos individuos por separados son uno, que cada uno  tiene que mantener su propia personalidad y tratar con sus propios problemas.

El matrimonio es en última instancia, dos individuos relativamente enteros, que se unen para crear una unión, que puede ser incluso mayor que la suma de las partes. Pero cada uno de nosotros siempre, tiene que tener en cuenta, que la falta de confianza en sí mismo, es algo propio, y somos nosotros los que la tenemos que arreglar. Podemos  tener en nuestro compañero un apoyo, pero no, para que nos solucione de manera mágica nuestro problema.




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